viernes, 12 de agosto de 2011

Nace el ciudadano Ferrer

El alero cordobés inicia una nueva etapa laboral ante la falta de opciones para seguir su carrera deportiva · "Quería que mi retirada fuera una decisión personal, no forzosa"

José Antonio Ferrer
Ferrer es presentado durante un partido del
BC2016 en la temporada 09-10.
Con un escueto mensaje en Facebook, José Antonio Ferrer anunció hace apenas unos días el inicio de su trabajo en una empresa de seguros, lo que él mismo califica como "el principio de mi retirada". A punto de cumplir los 37 años, el veterano jugador se ve empujado a emprender una nueva etapa en su vida, forzado a encarar la dura transición entre el deportista profesional y el difícil mercado laboral. Se acabó el talentoso alero, el jugador versátil al que todos buscaban para el último tiro. Ha nacido el ciudadano Ferrer.

"Todavía tengo ilusión y ganas por seguir jugando, y además lo podría compaginar con el trabajo, pero lo difícil es dónde", señala el jugador cordobés, quien reconoce que "ya llevaba algún tiempo pensando en la retirada, pero me gustaría que fuese una decisión mía y no forzosa". Porque José Antonio se encuentra en esa disyuntiva a la que todos los deportistas profesionales llegan antes o después. Tras 15 años como profesional y una carrera en la que ha disputado 12 temporadas entre LEB y LEB Plata más dos campañas en la Liga EBA, Ferrer siente que ha llegado el momento "de asentarme profesionalmente y emprender una nueva vida en Córdoba".

Porque los planes no han salido como estaban previstos. Después de una década dando tumbos (Breogán, Badajoz, Porriño, Cantabria, Los Barrios, Inca o CAI Zaragoza), con un triste paréntesis en el Cajasur que perdió la categoría en la temporada 01-02, el alero apostó por regresar a casa para comenzar una nueva etapa, cubriendo los últimos años de su carrera en el nuevo BC2016, el club que acababa de nacer con el espíritu de recuperar el baloncesto en la ciudad.

Pero dos difíciles temporadas en la LEB Plata desembocaron en el descenso y en un mar de problemas económicos. Ferrer aportó su experiencia y su calidad (más de 15 puntos por partido en los dos cursos), pero no pudo evitar la caída en desgracia de un equipo que no cumplió las expectativas. El año pasado quiso seguir disfrutando en el Movimientos y Nivelaciones en la EBA, con el que volvió a lucir (15.3 puntos por choque), pero donde tampoco encontró la estabilidad de un proyecto que le permitiera perfilar su despedida del baloncesto en activo. En total, Ferrer acumula una sólida carrera profesional con más de 450 partidos, siempre por encima de los 10 puntos por encuentro, una trayectoria que se ve obligada a echar el cierre.

"Después de 20 años jugando al baloncesto, cuando decidí volver a Córdoba quise dar un giro a mi vida para ir dejándolo paulatinamente, pero todavía tengo ganas de competir", dice el jugador, quien insiste en que "dejarlo de esta forma sería algo forzoso y obligado, no porque yo quiera. Es una decisión muy dura y difícil, pero la situación del baloncesto está como está".

Y es que las opciones son escasas. Para la próxima temporada, y descartando salir de la provincia, las vías para seguir jugando son prácticamente nulas. El BC2016 apostará por un proyecto de perfil bajo en la Liga EBA, algo similar a lo que hará el Peñarroya en Primera Nacional. En la misma categoría se espera la definición del proyecto del Lucena, una opción que Ferrer vería con buenos ojos.

"Las cosas están muy difíciles. Los patrocinadores han caído en picado, el Ayuntamiento está como está y la situación es muy complicada", asume el alero cordobés, "pero estoy dispuesto a escuchar ofertas. Es doloroso ver cómo está el baloncesto en Córdoba, con la tradición que hay y con la cantidad de equipos que había hace pocos años. Es un paso atrás muy importante".

Y ante tal panorama, no queda otra que empezar una nueva etapa. Ferrer, como tantos otros deportistas profesionales, no ha cotizado nunca fuera de su actividad, una burbuja que requiere plena dedicación y que rara vez garantiza unos ingresos económicos suficientes como plantear una sólida retirada. Ahora llega el duro momento de pasar a la vida laboral, de colgar las zapatillas y ponerse la corbata, de ser un ciudadano anónimo al fin y al cabo. Sólo sus 2.02 harán recordar a alguien que un día fue uno de los mejores jugadores cordobeses de las últimas décadas.

"El deporte es duro y sacrificado, con sus cosas buenas y malas, pero lo mejor que tiene es que haces lo que te gusta", recuerda José Antonio, quien destaca "lo gratificante que es despertarte todos los días sabiendo que te ganas la vida con algo de lo que disfrutas". "Es un estilo de vida bonito, pero tiene fecha de caducidad", señala el jugador, forzado a "plantearme la vida en otros ámbitos y sectores. El paso es complicado".

Tanto que a punto de cumplir los 37 años, Ferrer es un novato en el mercado laboral, un hombre curtido por la dureza del deporte profesional y que podría contar mil historias de la dura vida del baloncestista, de meses sin cobrar, de contratos peleados hasta el final, de promesas incumplidas, del esfuerzo y del sacrificio, del éxito y del fracaso, pero eso no vale a la hora de entregar un curriculum. "Sí, soy un novato", reconoce, un duro paso después de varios años en los que ha sido el veterano del equipo, la voz que todos escuchan en el vestuario. "Estoy ante un momento que siempre ves como algo lejano, que nunca ves llegar, pero los años pasan y el tiempo te va comiendo. Llega el día en que te lo tienes que plantear, porque es un paso que hay que dar", dice sin que se le caigan los anillos, "con ilusión, con ganas de empezar algo nuevo, un nuevo trabajo". Será el adiós de la estrella, pero el principio de la vida del ciudadano Ferrer.

Fuente: El Día de Córdoba

Un saludo.

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