lunes, 15 de noviembre de 2010

Karl Malone, "The Mailman".

Brian Grant avanzaba como un guerrero maltrecho, a pesar de la victoria. Los jóvenes y talentosos Portland Trail Blazers habían tumbado al gran favorito al anillo, los Utah Jazz de Jerry Sloan. Atrás quedaban seis partidos de arañazos, codazos, golpes y hasta varios minutos sin conocimiento en el frío Salt Lake City.

Ha sigo una guerra que ha involucrado a dos ciudades, prensa, aficionados... Grant es atendido por los medios de comunicación, su técnico le señala como la clave del éxito, él ha contenido al mejor anotador de Utah en apenas 8 puntos. “Tengo que pedirle perdón a Malone por lo que le he gritado en el fragor de la lucha. Le he dicho que tiene una gran carrera y merece estar en el Hall of Fame”. Malone, que se ha machacado con Grant en la pintura, no puede ser otro que Karl Malone, uno de los mejores power-fowards que ha dado la NBA. Nuestra anécdota ocurre en 1999.

El último Cow-Boy.

Karl Malone.
Karl Malone.

No obstante daría igual retrotraerse una década antes. El "Showtime" de Lakers domina la conferencia oeste con puño de hierro, o mejor dicho, guantes mágicos de seda, es entonces cuando Worthy, Kareem y cía encuentran un inesperado escollo en las semifinales de conferencia que muchos antojaban paseo militar.

Karl Malone.
Portada Sports Illustrated.
En aquellas series, un pequeño base, John Stockton y un poderoso ala-pívot, Karl Malone, pusieron contra la espada y la pared a los angelinos, futuros dueños del anillo. Hasta siete encuentros hubieron de disputarse, incluyendo una humillante derrota en la capital de los mormones, donde los de púrpura y oro encontraron sus peores temores, como muestra la portada del Sports Illustrated. Abajo, en pleno 2003, Malone seguía siendo primera plana, debido a su desembarco en California, precisamente en los Lakers.


Karl Malone, portada de Slam en 2003.
Portada de Slam cuando Karl Malone
recayó en L.A.
Si algo debe resaltarse en la trayectoria de “The Mailman” (El Cartero), ha sido su longevidad. Jorge Quiroga, uno de los mejores analistas de baloncesto en lengua castellana, afirmó que lo ocurrido durante dos décadas en la cancha de los Jazz rozó el milagro. Amparados en el delicioso "pick and roll" de Stockton-Malone (“hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana”), la sapiencia en la pizarra de Layden y Sloan y jugadores comprometidos, un equipo con salario modesto pero afición entregada, tuteó a los grandes, estando siempre en Playoffs.

Los aficionados más jóvenes quizás no sepan que cuando un fornido muchacho de Louisiana era elegido en el Draft por la franquicia que luego le dedicó una estatua a la entrada de su estadio, fue silbado por los aficionados, que apenas conocían a una promesa de ligas menores.

Con sus compañeros parecía que la cosa no sería mejor. Adrian Dantley, veterano y estrella de Utah, decidió divertirse a su costa en el primer entrenamiento, con un agresivo "trash talking" impropio de un training camp. Como el propio "bad-boy" admitiría: “Supe que Karl sería un grande desde el principio. No se inmutó”.


Karl Malone mostrando bíceps.
Malone se machacaba en el gimnasio.
Quizás ahí radique la clave de que durante mucho tiempo, el bueno de Andrés Montes hablase de la estabilidad mental de los muchachos de Salt Lake City. Pocos de ellos, podían presumir de tener la eficiencia de un cartero que no tenía miedo a las fuertes nevadas o los atascos, siempre llegaba al aro, para culminar los preciosos pases de Stockton con su característico gesto de ponerse una mano en la nunca mientras machacaba.

No obstante, a pesar de sus prodigiosas estadísticas (de las cuales incluimos una pequeña muestra, al final del artículo), The Mailman tuvo una desgracia, coincidir su mejor etapa deportiva con el más grande de este deporte, Michael Jordan. “Tengo que darle las gracias a MJ por haberme permitido ganar”, diría en el 97, cuando la NBA tuvo a bien premiar su maravillosa carrera con el MVP, aunque algunos lo hubieran entregado (¿quién puede culparles?) a Su Majestad del Aire.

Karl Malone y John Stockton.
Precisamente fueron Jordan y sus talentosos secuaces (Kerr, Rodman, Kukoc, por supuesto Pippen, etc.) quienes privaron en dos intensas finales a Utah de conseguir su ansiado premio. A pesar de tener dos títulos de conferencia oeste en sus vitrinas, innumerables logros en playoffs y el reconocimiento de los aficionados, algunos resultadistas siguen poniendo el asterisco al mejor dueto (en cuanto a compenetración) de la historia de la NBA, aunque nunca ganaron el anillo.
Tal vez por ello, cuando en el Arco Arena, Stockton decidió colgar las botas (Malone confesó sentirse muy abatido tras ello), se dejó seducir por los cantos de sirena del maestro Zen, antaño rival, ahora pupilo.

Volvió a rendir como los grandes, los que esperasen ver a un abuelo cuarentón rezagado ante súper-estrellas quedaron sorprendidos con su rutina de ejercicios. A diferencia de otros, Malone tomaba el verano como el perfeccionamiento de cuerpo y mente. Mega-estrellas como Kevin Garnett o Tim Duncan sufrieron su pegajoso y físico marcaje. Lástima para él que su espalda no aguantase y Detroit encontrase todas las llaves para llevarse el anillo. Después, su mala cabeza o simplemente las paranoias de Kobe Bryant le echaron del conjunto, aunque Jackson y Shaq le exculparon de todo. “Él es Karl Malone y es una leyenda. Si usted tiene problemas con él…”, dijo Shaq.

A pesar de ser una de las gradas más calientes de la NBA, la afición de los Jazz que le silbó de Laker, no dudaron en colgarle el dorsal, crearle una estatua con su eterno Stockton y brindar por su ingreso en el Hall of Fame. Era el broche de oro para un tipo singular, un cow-boy sin medianoche cuyo discurso atávico y en ocasiones conservador hasta el hartazgo, le distanció de unos aficionados cada vez más jóvenes pero que siempre respetaron su modo de jugar. No en vano, The Mailman era el último de la Vieja Escuela.



Números y curiosidades;

MVP de la NBA en 1997 y 1999.
Siempre ha disputado los Playoffs de la NBA.
Indescifrable: Nadie llegó a saber que decía en los tiros libres.
Segundo máximo anotador de la Liga, por detrás de Kareem Abdul Jabbar.
13 veces All Star de la NBA.
Dos veces MVP del evento, una con John Stockton como co-premiado.
Tres veces campeón de la Conferencia Oeste (1997, 1998 y 2004).
Amante de lo camiones de gran tamaño y de la vida rural.
Medalla de oro en Barcelona 92 y Atlanta 96.
Tres veces en el mejor quinteto defensivo de la NBA (1997, 1998 y 1999).
11 veces en el mejor quinteto de la NBA.
Miembro del Hall of Fame desde el presente curso.
Mejor jugador de la semana en 22  ocasiones.
7 veces seleccionado como mejor jugador del mes.
Líder de tiros libres anotados (1725).
Segundo jugador de la Liga con más minutos activo (53479).
E innumerables categorías más.



Un artículo de Marcos Rafael Cañas Pelayo.
Colaborador de BaloncestoVida.

Un saludo.

5 comentarios:

Easmo dijo...

Gran articulo amiguete, y de paso me has dado a concoer este blog.

Por cierto, simple curiosidad, o mas bien ignorancia dado que no suelo leer revistas de deportes pero ¿de donde has sacado esas anécdotas? La de cuando Kobe y cia lo sacan del partido y sus compañeros le echan un capote es bastante buena :P

Amigo dijo...

Os puede interesar un libro q han sacado sobre las sanas rivalidades entre los Celtics VS Lakers.
el libro se llama:
"Celtics VS. Lakers. La rivalidad que lo cambió todo"

http://www.adn.es/deportes/20101115/NWS-0728-Senabre-Celtics-Lakers-Dani-rivalidad.html

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=590347

Anónimo dijo...

...muy bueno el Karl... pero ese físico es difícil de conseguir sólo en un gimnasio... : )

El Viejo dijo...

Conozco el libro, aunque no lo he leído. Tiene que caer tarde o temprano, promete. Gracias por vuestros comentarios. Y sí, Easmo, el blog de Vargas lo tenías que ir conociendo ya, como buen pachanguero. Saludos

thedelivery_32 dijo...

best karl malone