David Stern colmado de satisfacción sonreía, sabía que la liga volvería a las pantallas de medio mundo con la fuerza de antaño, que los ingresos por publicidad se dispararían, que en turco, alemán o polaco se volvería a hablar de su liga del alma... El hijo pródigo había vuelto.
Mientras Mike se fuma su cuarto puro de campeón en la ceremonia de celebración, todo el mundo corea su nombre, se puede casi respirar en el ambiente que repetirían el año próximo. Pero no hay victoria sin sufrimiento, y en la temporada 1996/1997 los toros lo pasarían mal. Jamás se repetirán las aplastantes e incontestables 72 victorias del curso anterior... Pero ojo, sólo por tres...
Cuando Larry Bird o Magic Johnson lanzan a la estratosfera de la excelencia a Michael Jordan, cuando ves que si Mike tose, toda la directiva de los Chicago Bulls saca un pañuelo, cuando ves que un árbitro antes de pitar pasos o dobles mira primero al 23 buscando su aprobación, sólo entonces te empiezas a dar cuenta de quién es este tío.
Dejando de lado al hombre de 198 centímetros, que saltaba a pies juntos unos 110 centímetros en vertical en su juventud, al tipo que encesta de espaldas y encima te saca la falta, al insoportable que faltando 3 segundos te gana el partido, Jordan era (¿o lo sigue siendo?) amo y señor del baloncesto. No de la NBA no, del baloncesto. Aun hoy, principios de 2010, sale el NBA2K11, y el protagonista del juego es Su Alteza Real. Amén.
Entiendo que un chico de 19 años esté harto de que hablemos de este viejo de 44 al que sólo ha visto en alguna jugada esporádica de un Top 10. Lo que no entiende, no sabe o nadie le ha explicado, es que el viejo, escribió con letras de oro su nombre en todas y cada una de las canchas de la NBA antes de retirarse, que lo que hacen Kobe Bryant, Lebron James y compañía de vez en cuando, él lo hacía cada noche y es que en la historia de la humanidad, ha habido cuatro grandes conquistadores implacables; Alejandro Magno, Genghis Khan, Atila el Huno y Michael Jordan.
¿Exagero? Qué no hace un conquistador sino conquistar, y quién pone en duda que en los 90´s, todos y cada uno de los aficionados al baloncesto del planeta Tierra (sálvense excepciones mínimas) no tuvieran un póster del 23, una camiseta, unas zapatillas, un vídeo, unos cromos... Los todopoderosos Nike y Gatorade estaban a sus órdenes. Cuando a finales de la temporada del 98 se sentó en rueda de prensa, acompañado de su entonces esposa Juanita para declarar que abandonaba el baloncesto, en medio mundo emitieron especiales en las principales cadenas de televisión. Durante meses tenías a Jordan (y nosotros encantados) hasta en la sopa. ¿Quién ha conseguido eso en el siglo XX sino él?
No te enfades "Kobeano" o "Lebroneano", tus héroes no son malos, pero es que si les hubiera tocado la papeleta, porque no se le puede llamar de otra manera, de jugar con el espartano de Carolina del Norte... Kobe hubiera ganado 5 anillos, pero en la PlayStation y Lebron ya podría irse de Cleveland a Miami, de Miami a New York, de New York a Orlando... Que nada. Y sino, que se lo digan a; Magic Johnson, Clyde Drexler, Charles Barkley, Hakeen Olajuwon, Karl Malone, John Stockton, Jeff Hornacek, Gary Payton, Shawn Kemp, Dan Majerle, Joe Dumars, David Robinson, P. J. Brown, Tim Hardaway, Dikembe Mutombo, Reggie Miller, Steve Smith, Shaquille O´neal, Penny Hardaway, Vlade Divac, Ben Wallace, Chris Webber, Patrick Ewing, John Starks, Glen Rice, Stacey Augmon, Larry Johnson, Alonzo Mourning... ¿Sigo?
A todos estos jugadores, cuando Mike rompió con el maleficio de los Bulls y mandó a los Ángeles Lakers de Magic a paseo, pareció que les dijo; "Haced lo que os parezca, no vais a ganar el anillo mientras a mi no me de la gana".
Y así fue. En la temporada 1996/1997, toda la liga se puso en su contra, como si de la revolución Rusa se tratase, la NBA, cansada del monopolio del toro rojo, se dijo así misma que había que destronarlo, y el que más y el que menos, se lo propuso. Pero aun así, Jordan y sus Bulls fueron el mejor equipo de la temporada con 69 victorias, aunque Mike no fue el MVP de temporada regular (sorprendentemente), éste premio se lo llevó el último Cow-Boy, Karl Malone.
Todos los equipos reforzados en el este, esperaban en los playoffs dar su merecido a Chicago por años de conquistas. Otro, hubiera sido intimidado. A Jordan, lo cabrearon, y si algo ha demostrado la historia de este deporte, es que lo último que se debe hacer es; no defender al equipo contrario, lanzar de tres cuando puedes tener una canasta fácil de bandeja y cabrear a Michael Jordan.
En playoffs, la batalla por el campeonato, se carga a los Washington, entonces Bullets, por un 3 - 0, después se carga a Atlanta Hawks por un 4 - 1, se carga cómodamente en finales de conferencia a Miami Heat por 4 - 1 y ya en las finales, contra el equipo del actual MVP, la pareja del amor "hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana" Stockton - Malone en su mejor momento baloncestístico, se viven unas de las series finales más antológicas que se recuerdan.
Los grandes conquistadores de la historia se han caracterizado por librar batallas dignas de una epopeya, Jordan no iba a ser menos. Alejandro tuvo su oportunidad en Gaugamela, Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos... Jordan, el 5º partido de las series, en Salt Lake City.
10 de Junio de 1997, unos quejidos se escuchan tras la puerta de la habitación de Jordan en el hotel de concentración en Utah. Phil Jackson y los médicos de los Bulls están preocupados, MJ está afectado por un virus, que le ha provocado fiebre y vómitos, debilitándolo. Otro, sin duda se hubiera quedado en cama y hubiera escuchado el partido por la radio, él le dijo a Phil; "Tráeme el chandal, voy a jugar".
Como hiciera siglos atrás el Cid Campeador, Jordan se puso sus calzones de North Carolina bajo el pantalón de los Bulls, el chandal, se tomó su medicación y se preparó para lo que se le venía encima.
En el Delta Center, le esperaban el ejercito de los Utah Jazz, con el excelente general de batalla Jerry Sloan a la cabeza, no iban a conceder la más mínima condolencia a la estrella de Chicago, estaban en su casa, y sin piedad iban a doblegar a los Bulls hasta hacerlos hincar las rodillas. En los vestuarios, Jordan le dijo a Phil; "Úsame de manera fragmentada". Pero Mike no es un jugador cualquiera y mucho menos un hombre cualquiera. Es un pura sangre...
Jackson tenía que pedir tiempos muertos para que Jordan se hidratase, vomitara y descansara, ya que por momentos creía que se desmayaría en pista...
Anota 15 puntos en el último cuarto, con un triple incluido a falta de 25 segundos, Chicago gana 90 a 88. Mike acaba con 38 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias en 44 minutos.
El más grande alza los brazos en mitad de la pista a lo gran campeón sólo un momento, apenas se mueve, no sonríe, tiene la mirada perdida...
El primero en abrazarlo es el dulce Brown, después todos los demás. Dennis Rodman se interesa mucho por el capitán y corre a ver cómo está. No pueden creer lo que han visto. Pero Mike, sólo busca con la mirada a su amigo, su compañero de toda la vida. Scottie lo recibe en sus brazos, y Jordan se deja caer, no puede más.
Scottie Pippen casi lo lleva en brazos hasta el túnel de vestuarios, el 23 ni siquiera puede hablar con la prensa, y el 33 tiene que encargarse de ello. Los aficionados de Utah, se van del estadio, no se oye un alma.
Jordan declaró: "Al final, he encontrado las fuerzas necesarias para aguantar todo el partido. En algunos momentos estaba a punto de desmayarme, pero yo quería ganar. No quería dejar solos a mis compañeros."
Malone, Stockton, Hornacek y Sloan se marchan con la cabeza baja. "¿Ni enfermo nos da una oportunidad?", parecían preguntarse. El siguiente partido se jugará en Chicago, y Jordan ya no estará enfermo... No han entrado al vestuario y ya piensan, con mucha pena eso sí, en la próxima temporada. Michael ha dado un golpe de autoridad en las series, en la liga y en la historia.
El sexto partido, no deja de ser un trámite, Chicago vence 90 - 86, los Bulls ganan su 5º anillo de la NBA en 7 años.
Sólo una duda flota en el aire... ¿Lo repetirán la siguiente temporada? ¿Habría un 2º Tree-Peat? ¿Seguirá Jordan? ¿Seguirá Pippen? ¿Seguirá Jackson? (...)
Continuará...
Un saludo.
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