martes, 7 de diciembre de 2010

Leyendas quebradas

Camino a los infiernos

Según los mitos antiguos, los mortales favoritos de los dioses se caracterizaban por recibir grandes dichas y, a la par, terribles calamidades. Una mezcla de recompensa y castigo, de amor y odio. Dicha leyenda se mantiene inalterable en el Olimpo de la NBA, donde la gloria es tan reluciente como efímera.

Son un elenco de protagonistas que estuvieron donde cualquier jugador de baloncesto desearía verse, pero asimismo, escasos voluntarios encontraríamos para intercambiarse con ellos actualmente. Estrellas consagradas que firmaron autógrafos, protagonizaron anuncios y gozaron de todos los privilegios de la popularidad, pero los propios compromisos que ello conlleva, la falta de formación previa, la simple mala suerte o penurias personal, ensombrecieron carreras que en algunos casos, quizás puedan llegar al Hall of Fame por la puerta de atrás.

Marbury y Iverson en el
All-Star Game de 2001
Allen Iverson
¿Quién iba a decirles a unos sonrientes Stephon Marbury y a Allen "The Answer" Iverson que aquel victorioso All-Star Game y el MVP para el genio de Philadelphia no les iban a salvar de exiliarse de la liga donde parecían llamados a perdurar? Iverson lideró a los Philadelphia 76Sixers a unas Finales y fue cuatro veces máximo anotador del campeonato, desde Isiah Thomas un jugador tan bajito no generaba esa expectación, incluso el gran Michael Jordan vio su cintura peligrar ante aquel prodigioso novato de barrios marginales. Sin embargo, los problemas de espalda, su mala relación con los entrenadores y la falta de humildad para asumir ser suplente, le condenaron al destierro en Detroit Pistons, Memphis Grizzlies y los Sixers, donde una vez fue poco menos que un ídolo de masas.
Iverson será por siempre una leyenda, pero sus problemas con la justicia y su propia tendencia a vivir al límite quizás hayan privado a los espectadores de la gozada de ver su talento varios años más. Asimismo, su egoísmo en la cancha, en ocasiones justificable por su brillantez, ha terminado conjurándose junto con otros factores para ser un mito sin anillo que ahora busca una última bala en tierras otomanas.

Stephon Marbury
El caso de Marbury por similar no deja de presentar sus peculiaridades. Ha sido terrible para muchos ver algunas actuaciones de esté espléndido base que ya era una leyenda del playground de Coney Island, New York mucho antes de calzarse las botas de la NBA. Trato de convencer a Iverson de seguirle en una expedición a China, "Para hacer historia otra vez", pero historia de talento tristemente debatido con otros problemas. El fantasma del alcoholismo y malas compañías han mostrado a un Marbury que ha llegado a aparecer derrumbado y llorando por televisión. No obstante, en las calles de la Gran Manzana hay muchachos/as intentando imitar su forma de quebrar tobillos. "Starbury" ha dejado que otros aspectos extra-deportivos desplomen una carrera que pudo ser grandiosa. Gilbert Arenas corre el peligro de caer en eso por el incidente de las armas.


Ron Artest
Como Marbury, Ron Artest y Dennis Rodman (ver un magnífico artículo en este blog sobre este bad boy) también han paseado clase y malas pulgas a partes iguales. Enfrentados al principio a dos genios, MJ y Kobe Bryant, la magia de dos entrenadores como Phil Jackson y Chuck Daly les salvaron de caer en el aislamiento, muy pocos coaches hubieran aguantado eso. En el caso de Artest la situación es peor, la amoralidad de Rodman era premeditada, había tenido una vida más "normal" hasta que mató a su viejo yo, desde primera hora, Artest era un fruto de la calle, como él mismo ha dicho, David Stern quiere y a la vez teme a tipos como él con uniformes NBA.

Ben Wallace
Antaño enemigo íntimo de Artest, "Big" Ben Wallace, que salvo el incidente de El Palace siempre gozó de fama de buen chico, sufre un caso similar al de ostra estrellas en declive. Miembro integral de uno de los mejores equipos que se recuerdan, los Pistons campeones de 2004 y siempre finalistas de conferencia, el hombre que se las veía con Tim Duncan y Shaquille O´neal en la pintura, ha visto como sus numerosos galardones de Defensor del Año, no le han salvaguardado de ver un importante ocaso. Aunque los seguidores de la Motown le han perdonado, muchos analistas coinciden en que "los cuernos" a los que sometió a sus queridos Pistons por los dólares de Chicago Bulls fue una de las explicaciones de su déficit.

Allí dejaba al jugador que mejor le prestaba ayudas, Rasheed Wallace y a otros compañeros que siempre le taparon defectos y potenciaron virtudes. Tal vez Anfernee Penny Hardaway también añoró la presencia de Shaq, pero bien mirado, su situación es bien distinta, más próxima a la de actuales estrellas como Tracy McGrady o Yao Ming que de Ben, esas malditas lesiones.

Penny Hardaway
Penny fue un jugadorazo de dimensión internacional, finalista de la NBA y uno de los pocos jugadores que pueden presumir de haber ganado una eliminatoria por el título al 23 de los Bulls. Sin embargo, su espalda le obligó a muchas ausencias al principio y, finalmente a una retirada poca gloriosa.
Muy poco elegantes fueron algunos aficionados e incluso revistas sobre este deporte que se burlaron de la indigna manera de cortarlo en Miami Heat en su última oportunidad para el título en 2007. Antaño, esa gente había hecho colas por verle o suspirado porque les concediera una entrevista. Ya lo advertía Allen Iverson, al principio, cuando eres grande, piensas que todos son tus amigos. Amén.

Igual de grande fue Doug Collins, el mejor escolta blanco que se había visto en mucho tiempo, según Vicente Salaner. Más de 29 puntos de media en la universidad, fue el líder de los Sixers hasta que sus piernas dijeron basta. Estaba en lo mejor, pero finalmente para otros fue la gloria. Actualmente, es uno de los analistas más célebres.

Muchos preferimos seguir viendo la imagen del joven Penny robando la bola y conduciéndola con maestría para un fácil alley-oop para Shaq o culminarla él mismo. Con todo, hay lugar para la esperanza con el rejuvenecido Grant Hill, hacedor de milagrosas recuperaciones y eterno aspirante al trono de Jordan.

Leon Bias
Pese a ello, quien siempre será eternamente joven es Leon Bias, el hombre llamado por los gloriosos pero envejecidos Boston Celtics de Larry Bird para seguir la antorcha de su gloria. Su repentina muerte poco después del draft y los rumores de drogas truncaron a un jugador que ya tenía visos de leyenda antes de debutar en el Garden.
Red Auerbach, el alma de los irlandeses más campeones de la historia, siempre negó las acusaciones de la adicción de Bias, fiel a su estilo de gran protector de los suyos, pero nunca quedó claro lo que pasó aquella noche.

Y es que la dama oscura no perdona ni siquiera a los enriquecidos propietarios de flamantes coches y marcas de zapatillas deportivas. Lorenzen Wright pasaría en apenas unos minutos de compartir vestuario con Pau Gasol en Memphis para aparecer muerto en el bosque, su madre aún busca a los responsables y la policía no deja muchas aclaraciones al respecto. Otros, en cambio, tienen mucho que aclarar de sí mismos, como Shawn Kemp.

Kemp machacando
por encima de DR
Kemp fue durante mucho tiempo el gran beneficiado de los pases en Seattle Supersonics del gran Gary Payton, pero actualmente, el mítico saltarín, quizás haya vivido el castigo de pecados de juventud.
Uno de los mejores jugadores de su generación, su estilo de vida polígamo y de padre irresponsable no le han ganado muchos adeptos, pero la gota que colmó el vaso fue su detención por posesión de drogas. No era la primera vez, había sido expulsado de la facultad en misteriosas circunstancias, pero cuando peor estaba, sacó fuerzas para ir por libre a una liga que engullía talentos. Terminaría siendo All-Star y campeón del Mundo.


Dennis Rodman

Lo más curioso de este tipo de enfant terrible es que luego siempre terminan queriendo volver. Rodman, el terrible, el hombre que no teme ningún convencionalismo, no dudó en afirmar que hubiera cambiado su salida a pesar de sus eternas burlas, pensaba que había abandonado el deporte que una vez amó de una forma poco digna a sus aptitudes.




Por eso, hemos de disfrutar de estos tipos singulares y cuando en su Imperio se ponga el Sol…Despedirlos con la sonrisa exenta de rencor que el tópico resume en: “Que nos quiten lo bailado”.

Un artículo de Marcos Rafael Cañas Pelayo.
Colaborador de BaloncestoVida.

Un saludo.

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